Con el grupo de niñas y niños del Taller fuimos a conocer la Biblioteca comunitaria Paco Espínola. Nos recibieron Beatriz, Susana y Ricardo, quienes sostienen la biblioteca junto a un equipo de personas comprometidas con la mediación lectora y la promoción de lectura en la comunidad.
Nos contaron cómo trabajan y qué hacen, así como algo de la historia de la biblioteca. Tiene 30 años de vida y fue creada por un grupo de instituciones. El centro deportivo (vecino actualmente de la biblioteca), solicitó al consejo de vecinos la creación de una biblioteca. La intendencia de Montevideo les ofreció el espacio donde funciona y el equipamiento inicial. Luego fue creciendo con el apoyo de personas e instituciones que realizaron donaciones de libros y el trabajo voluntario sostenido en el tiempo de las personas que se ocupan de todo lo necesario para que funcione. Siguen usando el sistema de fichas en cartón y fichero para registrar los préstamos. Y tienen una máquina de escribir que nos dio mucha curiosidad e ideas (próximo taller, exploraremos escritura en máquina de escribir).
La presencia de esta biblioteca es especialmente importante en el barrio ya que es la única y nutre de experiencias y lecturas a la comunidad. Además, allí se desarrollan actualmente talleres literarios, taller de kamishibai y talleres de encuadernación. Es un espacio de encuentro importante. Con frecuencia es visitada por grupos de jardines de infantes y escuelas de la zona, así como reúne grupos de adultos mayores. También es sede de espectáculos culturales de variado tipo, danza, rap, música y las ya clásicas Noches poéticas en las que usuarios de la biblioteca y amigos invitados se reúnen a compartir poesía (https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=pfbid0MSGL6WPP2zogdfkbrarBWbkjQieCMPqrY7buayXrCNtfUs34EiYvFuc3yfsfQV7rl&id=100045627396521&sfnsn=mo).
Nos contaron cómo surgen los kamishibai (en japonés, teatro de papel). Resulta que en Japón por 1930, un vendedor de golosinas en bicicleta hacía sonar una matraca, y a su alrededor se agrupaban niñas y niños. Sacaba de una valija su teatro de madera y contaba historias. (Dicen que historias, dulces y curiosidad, nunca fallan).
También hablamos de Paco Espínola y Saltoncito (según Débora posible abuelo del Sapo Ruperto de Berocay). Les llamó la atención una frase de Paco Espínola: «Ha llegado el momento de hacer por los hombres algo más que amarlos» que cuelga en una pared de la biblioteca.
Conversamos sobre qué hace que esa biblioteca sea comunitaria y cómo funcionan otras bibliotecas que conocen y las de las escuelas y colegios a los que asisten. En algunas los libros sólo están disponibles para leer allí y ya no los prestan porque hay gente que no los devuelve. En otras se permite que los libros sean llevados a las casas.
Preguntamos qué están precisando para reunir libros para donar y visitarlos nuevamente y lo que más precisan sería libros álbum en buen estado. (Un dato interesante para quienes también quieran colaborar con la biblioteca).
En este momento están organizando una muestra sobre China Zorrilla (que fue una actriz uruguaya muy querida y reconocida) para el día del patrimonio. Tendremos noticias en breve.
Anecdotario
Valentín estuvo explorando un libro de Dinosaurios y ensayando verdadero y falso en respuestas a dinopreguntas (¡en general, le embocó!).
Anabella encontró un libro que le interesa mucho y nos recomienda su lectura: Una voz para la memoria. Testimonio de una uruguaya que sobrevivió a once campos de concentración, (de Miriam Bek y Miguel Kertesz) ya que su libro preferido es El diario de Anna Frank. ¿Esos libros dialogan? A Débora le encanta decir que los libros dialogan y nos propone ser buscadores de esos diálogos.
A Inés le interesó especialmente registrar lo que observamos en el recorrido en ómnibus 128 tanto a la ida como a la vuelta en su bitácora.
Mauri andaba en busca de pasto para solucionar un inconveniente y observó que en Paso de la arena hay más pasto que en el barrio en que vive.
Mapi respondió a la pregunta de qué hacemos en el taller. Contó que “Nos leen libros, opinamos y charlamos sobre los libros, hacemos juegos, actividades y merendamos”. También mencionó el “momento subrayado” (momento preferido de Luli que justo no pudo estar, porque coincide con su deseo de futura periodista) en el que compartimos cosas que nos pasaron en los días que no nos vimos entre taller y taller.
Sofi y Juli no tenían muchas ganas de salir en las fotos, así que se dedicaron a sacarlas, y el camino se les hizo rápido con los juegos de manos que también refrescaron la memoria de las coordinadoras ya que eran los mismos que jugaban cuando eran niñas.
Los recuerdos y unas cuantas fotos dejan registro de que volvimos muy felices y agradecidos por cómo nos recibieron. Tanto a la ida como a la vuelta en el ómnibus hubo Freestyle. Y resulta que Martina estudió freestyle para recibirse de comunicadora educativa y comunitaria (“Somos nómades, tamos en busca de rimas cada semana”, se llama su trabajo). Es una variante del rap que combina algo de rap y la modalidad de los payadores que hacen dialogar no libros, sino versos musicalizados improvisando un diálogo con una guitarra. En las rondas de Freestyle grupos de jóvenes improvisan rap de ida y vuelta, como si conversaran.
Faltaron las otras dos Julis, Pauli, Guille, Luli y Majo, que no pudieron venir. Esperemos que se sumen la próxima.
No se pierdan el relato de Inés en su Bitácora sobre las aventuras del zapato de Mauri y ¿Con qué nos encontramos? “Cuando nos volvimos caminamos por la vereda y Ceci pensó que habíamos perdido el ómnibus porque vio pasar uno pero resultó que era otro y nos subimos y todo resultó raramente bien”. “Cuando estábamos yendo a la parada a la ida Mauri se manchó la suela con caca. La limpió, pero quedó un poco. Cuando nos bajamos nos encontramos con pasto, cosa que no habíamos visto en el recorrido. Con eso Mauri se pudo limpiar. Hicimos un ritual para que se lo pudiera sacar”.
“¿Con qué nos encontramos? Heladerías, florerías, escuelas, parques, peluquerías, animales, casas muy distintas, plantas, libros y muchas personas” (Atención: ¡contiene ilustraciones de yapa!)