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«Entre Dinámica, pinos y dunas de El Pinar, el taller como experiencias de vida».

El sábado 27/11 con los grupos de niñas y niños del Taller Exploraciones literarias nos subimos al ómnibus y nos fuimos a tallerear al pinar.

El ómnibus de ida nos dejó a 4 cuadras, y en el camino nos dimos cuenta que está lleno de pinos (algunos acarrearon piñas al regreso) y que con unos cuantos chirimbolos podemos tener  un verdadero árbol de navidad.

Elizabeth y Julia de Dinámica libros nos recibieron preparadas con el espacio a disposición y lecturas queridas seleccionadas para compartir con nosotras. La hospitalidad abarcó desde jarras de agüita fresca con naranja y limón, la habilitación a que tomarámos todos los libros que quisimos de las estanterías y depósito para curiosear y ampliar la lista de deseos lectores,  hasta la sinceridad y espontaneidad con la que respondieron las preguntas que realizamos con nuestra entrevista sorpresa. (Entre las fotos, compartimos las preguntas que idearon pero las notas de la entrevista formarán parte de la publicación del taller de fin de año, en elaboración: Relatos 2).

Lizi (así le dicen a Elizabeth) nos leyó dos de sus cuentos favoritos: Historias de ratones (un clásico de Arnold Lobel hermosísimo) y El regalo de medianoche de Hong Zoon- mi. Julia nos contó cómo empezó su acercamiento a la literatura ilustrada y nos va a visitar en breve para hacer su propia experiencia y  explorar con nosotros qué pasa si lee algunos libros con una estética que prefiere y que cree que no son para niños. (Este tema de lo que es y no es para niños viene siendo debatido desde que empezamos el año, especialmente en los talleres de poética de autor que hicimos en torno a la obra de Armin Greder al finalizar el verano y de Jutta Bauer en vacaciones de julio).

¡Cuidado! Las ganas de tallerear pueden ser contagiosas y llevarnos a recorrer kilómetros de andar aventurero. Algunos viajaron desde lejos, como Guille y Juli que vinieron desde Colonia Miguelete. Y además de las coordinadoras se sumaron visitas adultas que vinieron tanto a ayudarnos como a curiosear y participar del taller para darse y darnos el gusto. Paula, Gonzalo y Moka no se lo querían perder. E Isabella, con su formación en dramaturgia generó con ellos una historia que luego tomará formato audiovisual.  (La filmación empezó en la parada del ómnibus, y continuará…).

Luego seguimos hacia la playa en la que nos dimos una panzada de rica merienda y correrías por las dunas.  El viento no nos detiene. Además recogimos huellas que dejan los seres en la arena con las que construiremos historias.

Regresamos con arena en las medias, los ojos y las orejas. No sabemos si las perdices son felices, pero nosotros si (al menos el sábado) compartiendo historias, aventuras y proyectos.